El registro de Windows es una base de datos que Windows utiliza para almacenar todas las configuraciones relacionadas con el usuario y el sistema. La mayoría de los programas de Windows también utilizan el registro para almacenar sus configuraciones. La mayoría, si no todos, de estos paquetes de software tampoco eliminan sus entradas del registro cuando se desinstalan.
No hace falta decir que el registro de Windows tiende a ser un desastre la mayor parte del tiempo.
Como usuario de Windows, es posible que también haya notado que Windows se vuelve progresivamente más lento a medida que lo utiliza, instalando y eliminando software, y realizando sus actividades diarias. Una de las razones de esto es que el registro de Windows tiende a hincharse con entradas obsoletas y demás, con el paso del tiempo, y como se almacena en la memoria mientras se utiliza el ordenador, ralentiza todo el equipo.
Hay un montón de utilidades disponibles para ayudarte a limpiar el registro y la mayoría de ellas hacen el trabajo bastante bien. Una de ellas que probé recientemente (y me impresionó bastante) es Auslogics’ Registry Defrag.
Registry Defrag es una aplicación sin tonterías ni florituras. Descárgala e instálala desde el enlace anterior y ya está todo listo (casi).
Cuando ejecutas Registry Defrag por primera vez, lee el registro, lo analiza y te dice las ganancias aproximadas que obtendrás al ejecutar la utilidad.
Una vez que haces clic en Defrag, Registry Defrag programa la desfragmentación para que tenga lugar en el próximo reinicio de Windows. Te pedirá que le dejes reiniciar Windows, para que pueda trabajar en el registro, sin que Windows le moleste. O puede seguir trabajando y reiniciar más tarde a su conveniencia.
Si eres el tipo de usuario que instala y elimina mucho software y estás convencido de que reinstalar Windows es la única forma de eliminar la porquería, prueba a darle una oportunidad a Registry Defrag.